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Me forme en profesiones de ayuda, y dedique mi labor profesional a compartir sufrimientos y alegrías, ejercí como CUIDADOR, inventé espacios de placer como ANIMADOR SOCIOCULTURAL, busque recursos bajo los adoquines como TRABAJADOR SOCIAL, participe como EDUCADOR SOCIAL a la transformación de la realidad, FORME en cursos donde aporté mi experiencia y conocimientos, con el fin de que surgieran excelentes profesionales, ESCRIBÍ manuales sobre discapacidad y mediación, y EJERZO COMO ACOMPAÑANTE PSICOLÓGICO, TERAPEUTA TRANSPERSONAL, QUE APORTA TÉCNICAS DE MEDITACIÓN PARA EL ENCUENTRO PERSONAL CON SI MISMO, Y EXPRESO SENTIMIENTOS EN MIS ESCRITOS, SURGIDOS DE LAS HISTORIAS RECIBIDAS Y DE LA EXPERIENCIA DE VIVIR.

martes, 27 de agosto de 2013

El modelo caritativo

Volvemos a comprobar como desde la televisión se realiza y difunde noticias sobre acciones caritativas, pareciendo que en la actualidad la única salida existente es la caridad, o como mucho la beneficencia. Toda vez el estado de bienestar queda desmantelado, e ignorado, como así fue durante su existencia, como estructura sociopolítica. Como modo de vivir, y convivir en nuestras sociedades. En lugar de esto, y comprobando el espectáculo que supone para la cadenas televisivas, se desarrollan espacios en programas como AR, y Espejo público, o Salvame, entre otros, donde se muestra situaciones críticas, individuales, seleccionadas sin conocer el criterio de quienes escogen mostrar esta situación, y donde aparece personas que dan ¿lo que les sobra?, o lo que su buen parecer les permite dar. Casos que se aíslan del contexto social.
Estos vestigios confluyen en la aparición de dos programas dedicados por completo a mostrar la bondad de la caridad humana, denudando la intima tragedia de las personas que pasivamente han de aceptar la ayuda, estos programas son "todo tiene arreglo" de Canal Sur, y "Entre todos", de R.T.V.E. Dos cadenas públicas, controladas por dos fuerzas políticas diferentes.
Sobre el papel parecen dos formas de ayudar a personas en situación de marginalidad, aunque este término nunca se pronuncia, centrándose el discurso periodístico en la problemática que se muestra en televisión, en un acto de caridad, lo cual no es perjudicial en sí, salvo que sea el único modo de resolver la problemática social, porque social es, frente a la presentación de una problemática individual o familiar, que representa en el subconsciente de estos formatos, y es así debido a que descontextualiza la problemática, y lo hacen a no profundizar en la realidad que se vive, a no situar la problemática como consecuencias de las fuerzas que imperan en el entramado social. Y sobre todo porque encubren el juego de poder que supone la exposición pública de estas personas, que ante la urgencia de una carencia económica, aceptan sin poder ofrecer resistencia las condiciones de las productoras, para lograr una ayuda puntual y graciable, situándose en una relación viciada, donde son agentes pasivos de los benefactores, protagonistas del drama que se vivencia. Y esto es la caridad como sistema, y paradigma, un modelo donde la pobreza es fuente para que la bondad pueda ser mostrada, que es en esencia lo que subyace en este modelo. Lo que no niega la necesidad de una ayuda urgente que palié momentáneamente situaciones críticas.
La crítica se realiza contra el modelo de caridad como sistema de ayuda, el modelo que se vende y que las grandes ONGs no se han desprendido de el. Y se cuestiona el modelo, que implantan estos formatos televisivos, porque no respeta a la persona, ni profundizan en las causas reales de la pobreza, ni se plantean el motivo por el cual estas personas están en la marginación, impedidas de disfrutar de los recursos que la sociedad dispone, impedidas de la participación activa en su comunidad. Y sucede sore todo porque habría que cuestionar el modelo social establecido, habría que examinar la responsabilidad que cada miembro de la sociedad posee en la estructura social, y por lo tanto en el surgimiento de la marginalidad, y la pobreza. Acción dura y que en principio, para el actual sistema, es mejor no plantearse, puesto que además de lo expuesto, intuyo existe otra consecuencia de este modelo o paradigma, y es implantar condiciones de vida precarias, para así generar inestabilidad y poder introducir el miedo, logrando sumisión, que en esencia es el modelo, el agradecimiento impide realizar cuestionamientos, y críticas, pero además como sólo provee lo mínimo para la subsistencia, difícilmente se puede ejercer un ejercicio reflexivo, una toma de conciencia de la realidad personal, porque a la ayuda se añade, algo que no se pronuncia, y es que es graciable, lo implica que te la doy porque quiero, y te la niego por lo mismo. NO ES UN DERECHO, es un regalo, o un acto condicionado a un tipo de comportamiento que se exige. El otro componente que surge es falsear la realidad, de forma negativa y comparativa con la realidad circundante, inculcando mensajes de ser agraciado o agraciada, por esta recompensa, mensajes del tipo, que suerte tienes que tienes trabajo, o no te quejes que...amordazando la posibilidad de crítica social, por parte de la persona afectada, y sobre todo imponiéndose un modo de vivir uniforme, porque por supuesto no se interesa en conocer como desea vivir, y como considera más adecuado salir de la situación que vive. Hace poco fue noticia una mujer de Cádiz que pedía una licencia para vender sus productos, en dicho discurso reclamaba que les dejasen tener dignidad, como si esta los la otorgaran una mano poderosa. Y esto es lo que genera el modelo de caridad, que lo bueno me es entregado por no se sabe bien, prefiero el discurso de un personaje de Luna de Avellaneda, película Argentina, donde en una reunión la mayoría de las personas decían que tenían que recuperar la dignidad, y sólo un personaje reconoce tener la dignidad, y por lo tanto no necesita recuperarla. Porque nadie da la dignidad a nadie, esa la poseemos por el simple hecho de vivir, de ser personas, y ciudadanos, concepto que implica persona en su origen, persona libre, con derechos y obligaciones. Algo temido por el poder.
La personalización del problema no es necesario en el modelo caritativo, y menos en un sistema de producción en cadena, paradigma que hemos trasladado a todas las facetas de la vida, así podemos uniformar a todas las personas pobres, y ofrecer ayudas estándar, más sencillo y "rentable", rentabilidad económica se entiende, que no social ni personal. Porque lo personal no existe en dicho modelo, centrado en tapar agujeros, en lugar de ir a la raíz del problema, en lugar de situarlo en el contexto donde se genera la marginalidad, porque la pobreza no es ajena a la estructura social y económica de una comunidad, y ya expuse que esto suponía cuestionar mi forma de vivir, y el origen de mi posición social. Supone analizar mi forma de ver la realidad, los pensamientos que rigen mi conducta, y acercarme de igual a igual a la persona que esta en la pobreza, estableciendo una relación primero, salvo en los casos de urgencia, donde primero hay que atenderla, sin perder de vista el hecho de comprometerse con la persona. Atender a las peculiaridades de cada persona, y buscar la transformación social, para que todos quepamos, para que nadie este excluido. No centrarse en lo económico, que es la base del modelo caritativo.
Transformación integral, de modo de pensar, de relacionarse, de valores, de modo educativo, en definitiva de como se definirá la vida, y se desarrollara. Una transformación que permita la participación activa, y el compromiso de toda la comunidad. Base del llamado estado de bienestar, que no niega las acciones caritativas, sino que las incluye como herramientas de ayuda, no dándole naturaleza de sistema, donde las ayudas son un derecho y no graciable, y la persona dispone de su dignidad, y como tal se las trata, escuchándolas. Donde se investiga las causas de la marginación, de cualquier modo de marginación, y se plantean soluciones integrales. Todo lo contrario a los programas que aparecen ahora como, que no cuestionan la base de toda la marginalidad, y omiten los derechos, aplaudiando cual si se hubiese ganado un mundial, a quien ofrece una ayuda, ayuda que en algunos caso me pregunto, como dice unos versos de una canción, si dan de corazón o lo que les sobra.

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