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Me forme en profesiones de ayuda, y dedique mi labor profesional a compartir sufrimientos y alegrías, ejercí como CUIDADOR, inventé espacios de placer como ANIMADOR SOCIOCULTURAL, busque recursos bajo los adoquines como TRABAJADOR SOCIAL, participe como EDUCADOR SOCIAL a la transformación de la realidad, FORME en cursos donde aporté mi experiencia y conocimientos, con el fin de que surgieran excelentes profesionales, ESCRIBÍ manuales sobre discapacidad y mediación, y EJERZO COMO ACOMPAÑANTE PSICOLÓGICO, TERAPEUTA TRANSPERSONAL, QUE APORTA TÉCNICAS DE MEDITACIÓN PARA EL ENCUENTRO PERSONAL CON SI MISMO, Y EXPRESO SENTIMIENTOS EN MIS ESCRITOS, SURGIDOS DE LAS HISTORIAS RECIBIDAS Y DE LA EXPERIENCIA DE VIVIR.

domingo, 6 de marzo de 2011

Salud mental el gran obviado de la sanidad

Cuando se dice que el estado ha de promover la salud, generando actuaciones preventivas entre otras, tengo la sensación de que olvidan el aspecto psicológico. Y la tengo porque algunos médicos de familia apenas derivan ante trastornos mentales al especialista, y porque casi es inexistente la psicoterapia tan necesaria para atender a las personas que no solo sufren grandes trastornos mentales, los comúnmente llamados enfermos mentales, sino a otras serie de situaciones como la depresión, angustia...
En mi experiencia observo que todo se reduce a una pastilla, pero ayudar a un estado de bienestar o felicidad se ha desterrado del objetivo de la salud, objeto de la psicoterapia, pareciese que estamos clasificados en personas "inválidas" o "válidas" dentro de la categoría de ser productivo, el sufrimiento emocional, los instantes de confusión que la existencia conlleva, no entra en la categoría reducionista de esta cultura, que ha reducido el concepto persona a ser consumidor y productor, eliminando el concepto ciudadanía, persona que posee derechos sociales, y ya no comentamos el derecho a la felicidad. Es el mundo feliz de Adous Huxley donde todo se soluciona con pastilla. 
No se trata de negar la eficacia de la farmacología en salud mental, sino de situarla en su justo contesto, en el del equilibrio biológico del cerebro, pero sin una buena psicoterapia no existe un tratamiento realmente eficaz, sería como permitir que una rotura de huesos se curara, pero sin ejercer la rehabilitación para una adecuada recuperación de la función del órgano.
Y esto es lo que pretendo exponer, que no facilitamos en los servicios de salud, todos los medios para que se recupere la salud mental, no es reajustar los componentes químicos del cerebro, es también contribuir a que la existencia de las personas se adecuen cognitivo, emocional y conductual a sus circunstancias, para que logre su bienestar completo.
Uno de los rasgos de la depresión es la incapacidad de disfrutar, ¿hay alguien que no se plantee instantes de disfrute en su existencia? y ya sea en familia, con alguna afición.
¿Acaso es prioritario ser productor, aunque se mantenga el sufrimiento psicológico?
¿podemos obviar nuestro ser, nuestra identidad (que se crea en lo psicológico) porque sólo nos duela el estómago, la muela u otras enfermedades más dolorosas? ¿no se sabe que algunas de los síntomas o molestias pueden ser manifestaciones de un malestar psicológico?
Si la respuesta es no, que no podemos dividirnos en compartimentos estancos, lo físico sin conexión con lo social y psicológico, lo psicológico igual y así también lo social, habrá que convencerse de que la salud es la atención integral de la persona.

2 comentarios:

  1. Interesante reflexión Juanjo. La verdad es que desde la Sanidad Pública no se presta la atención "especializada" que debería. Quizás porqué todo es negociable, incluida nuestra salud mental.

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  2. En este sistema capitalista donde considero que somos productores o consumidores, como dices todo es negociable, pero además nuestra identidad se basa en los dos papeles asignados, que te indico arriba. Como todo se mira bajo el criterio de la economía, ya sabes que el bienestar es una cuestión de que trabajes por el bien supremo de la sociedad, y la felicidad no es lo más prioritario.

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