Creo en el cambio, como motor de la existencia. Como renacimiento necesario para superar la adversidad. Creo en el cambio que pule al ser humano, que potencia la esperanza en la confusión. Por ello acompaño en la transición entre dos mundos y una única persona. Creo en el cambio como superación personal, aun cuando conlleve dolor, como duele nacer. Porque el cambio es el objetivo de mi profesión, porque él permite experimentar la vida en todas las formas posibles. Las modificaciones necesarias para alcanzar la felicidad, y el bienestar. El cambio es la finalidad de mis esfuerzos profesionales, puesto que de nada sirve mantener las estructuras que permiten sufrir, es como estancar las aguas enfangándose. Porque todo lo que se contempla es permanente cambio, y este indica que cada emoción que se vive, cada circunstancia que se experimenta se transforma si permitimos dejarnos llevar por la evolución que fija el cambio. Pues la plenitud esta guardada en el cambio, aunque sea incierto el futuro.
Por todo esto creo en el cambio.
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